Descubren fuentes de manganeso para preparar las milenarias momias Chinchorro del Norte de Chile

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Los Chinchorro emplearon ampliamente el manganeso entre el 5000 al 1500 A.C. aproximadamente para momificar a sus seres queridos. Se ha estudiado que esta población usaba este mineral refinándolo y utilizándolo como colorante negro para ornamentar los cuerpos de los difuntos durante el proceso de momificación.

Un grupo de investigadores liderados por el Doctor en Antropología Física Bernardo Arriaza del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá descubrieron las posibles fuentes de manganeso utilizadas por los Chinchorro para preparar a sus difuntos para la otra vida. 

De acuerdo con el estudio, estas evidencias se encuentran en los valles bajos de Arica y en la desembocadura del río Lluta, yacimientos mineralógicos cercanos a la costa donde vivían los antiguos Chinchorro. 

Los resultados fueron publicados en la prestigiosa revista Journal of Archaeological Science: Reports (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352409X23003322) y en este trabajo los científicos dan luces sobre la ubicación y calidad de las principales fuentes de manganeso que empleaban en esta cultura. 

Arriaza explicó que “prospectamos la costa y valle de Lluta buscando fuentes de manganeso, además realizamos análisis especializados mediante SEM/EDX (Microscopia electrónica de barrido con detector de rayos X) y XRD (difracción de rayos X) para determinar la concentración del mineral”.

Y agregó que “este estudio demuestra que el entorno cercano proveía de las materias primas para preparar a los difuntos. Los Chinchorro no requerían viajar cientos de kilómetros para la recolección de manganeso como planteaba una hipótesis previa”. 

Esta investigación contribuye a resolver las grandes interrogantes de los científicos ¿De dónde los Chinchorro extraían el pigmento de manganeso para ornamentar a sus seres queridos fallecidos? ¿Era el manganeso un bien exótico de difícil adquisición o más bien un mineral recurrente? 

Los investigadores señalan que las fuentes primarias del manganeso están efectivamente en la precordillera, pero que la naturaleza transporta el manganeso hacia los valles bajos. Y según Arriaza señala “producto de las bajadas de los ríos como consecuencia de las lluvias altiplánicas junto al arrastre y mezcla de piedras (grava), los grandes bloques de manganeso originarios de la precordillera terminan depositados en los valles bajos y costa como un material granulado o muy molido y de fácil recolección”.

Es decir, en la costa y valles bajos los Chinchorrro podían observar fácilmente los estratos negros con finos sedimentos de manganeso de muy fácil recolección y no requerían de complejas herramientas como grandes martillos de piedra para su extracción, según reportan los autores.

“Este pigmento negro de manganeso fue central en la cosmovisión Chinchorro, destacan los autores, ya que estas antiguas poblaciones del del Desierto de Atacama emplearon el manganeso de muy alta calidad por varios milenios”, acotó el doctor Arriaza.

Siân Halcrow de la Universidad de Otago, Nueva Zelanda, quien también fue parte de este estudio señaló que “este importante estudio ayuda a entender la relación de estas tempranas poblaciones con el medio ambiente y la utilización de recursos disponibles”.

Además de los investigadores de la Universidad de Tarapacá, también participaron geólogos de la Universidad de Chile y de Estados Unidos. Esta investigación fue financiada por la ANID, a través del proyecto FONDECYT N° 1210036 “El color de la muerte: El uso ancestral del Mn y el posible envenenamiento crónico de las poblaciones Chinchorro en el desierto de Atacama, Chile”.

Arriaza destacó que “fue un interesante trabajo interdisciplinario que permite comprender de mejor forma la larga duración de Chinchorro y sus aspectos económicos e ideológicos”.

Envenenamiento crónico

Otra línea de investigación de este mismo proyecto Fondecyt, apunta a determinar si el uso de manganeso en las prácticas de momificación pudo generar el envenenamiento crónoco de las poblaciones Chinchorro.

Arriaza explicó que se han recopilado muestras de fragmentos de hueso de las momias chinchorro y que mediante equipos especializados se analiza la presencia de este mineral potencialmente neurotóxico que fue usado por las antiguas poblaciones Chinchorro que lo explotaron ampliamente, refinándolo y utilizándolo como colorante negro para ornamentar los cuerpos de los difuntos durante el proceso de momificación.

Según los investigadores, la continua explotación del manganeso causó un impacto importante en la salud de la población Chinchorro por la sobreexposición continua a este mineral, ya fuese por inhalación de partículas del polvo o por contacto a través de la piel durante su manipulación.

Para contrastar esta hipótesis, investigadores de la Universidad de Tarapacá estudian colecciones arqueológicas y bioarqueológicas del Museo Arqueológico San Miguel de Azapa. Además, como parte de la metodología estudian varias matrices analíticas para cuantificar el nivel de este mineral bioacumulado en los tejidos de las momias, así como la pureza y toxicidad del manganeso empleado en la momificación.

Esta cultura, que data de hace más de 7.000 años es estudiada y resguardada por la Universidad de Tarapacá, institución que tuvo un rol relevante en que los asentamientos y Momificación Artificial de la cultura Chinchorro fuera declarado Patrimonio Mundial ante UNESCO en 2021.

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