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Nuestro Rector

Dr. Emilio Rodríguez Ponce

Elegido por cuarta vez Rector de la Universidad de Tarapacá, con el 91,11% de los votos y elegido unánimemente como Vicepresidente Ejecutivo del CRUCH por el período 2022-2026. Previamente, ha sido Presidente de la Comisión Nacional de Acreditación; Vicepresidente del CRISCOS; Vicepresidente de la Agrupación de Universidades Regionales; y Director de Estudios Estratégicos del Consorcio de Universidades del Estado.

Como investigador ha participado en 10 proyectos Fondecyt Regular en calidad de Investigador Responsable en 4 ocasiones y como Co Investigador en 6 oportunidades. Tiene más de 120 publicaciones WoS-Scopus y más de 4.200 citaciones, siendo uno de los autores más citados en Chile e Iberoamérica en el campo de la educación superior. Es Hijo Ilustre de la ciudad de San Marcos de Arica; Premio Académico del Año 2009 de la Asociación de Facultades de Administración y Economía de Chile; y Miembro de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales, capítulo regional.

Estimada comunidad universitaria:

La Universidad de Tarapacá nació el 11 de diciembre de 1981, como una fusión entre Instituto Profesional de Arica (ex sede de la Universidad de Chile) y la Universidad del Norte, sede Arica. Las condiciones de inicio de la institución fueron muy frágiles, ya que: su capital inicial era el menor de todas las universidades creadas hasta esa fecha; heredó un alto nivel de endeudamiento por concepto del fondo de indemnización de los ex funcionarios de la Universidad de Norte; y al comienzo de sus operaciones disponía en propiedad sólo del Campus Velásquez, ya que los Campus Saucache y Campus Azapa se usaban, de hecho, bajo la modalidad de comodato precario. Además, cabe recordar que, entre el año 1981 y 1989, el Aporte Fiscal Directo se redujo en un 50% en el sistema universitario, lo que produjo crisis y reestructuraciones sistemáticas en la institución.

En la actualidad, transcurridos más de cuarenta años desde de su origen como institución autónoma, la Universidad se encuentra en plena fase de crecimiento cualitativo y cuantitativo, en un marco de desarrollo estratégico, en el que se armoniza la búsqueda de la excelencia, la equidad y la complejidad, alcanzándose resultados claramente sobresalientes dentro del sistema de educación superior del país. La institución tiene sus sedes en Arica e Iquique, las que operan en un plano de simetría cualitativa, en territorios calificados como zonas extremas.

Las zonas extremas son territorios aislados, que no disponen de las condiciones necesarias para generar su desarrollo en forma homogénea respecto de las demás regiones del país, por lo que existen diferencias que se manifiestan en sus composiciones demográficas y económicas. Diferencias que se traducen, en definitiva, en una baja densidad poblacional, elevados costos de los bienes y servicios, deficiencias en el transporte y en el acceso expedito al resto del país, escasez de servicios especializados, confinamiento y una serie de otras desventajas relevantes.

En los últimos años, en los que la institución ha crecido permanentemente, la pregunta y el desafío que se ha planteado la Universidad de Tarapacá consiste en responder a si: ¿Es posible que, en Chile, una universidad de zona extrema pueda ser de excelencia? Para dar una respuesta adecuada, la institución ha estimado fundamental conceptualizar debidamente el problema. En este contexto, se ha considerado que, en el estado del arte, se acepta ampliamente que la calidad es un concepto multidimensional, dinámico y multinivel, ligado necesariamente a elementos contextuales del modelo educacional y estándares del sistema, institución, programa o disciplina.

Por consiguiente, se ha entendido que la consecución de la excelencia debe responder a dos dimensiones. Calidad superior en comparación con los propósitos, fines y objetivos institucionales; y, desde luego, calidad superior en el entorno significativo de la institución, es decir, en el territorio específico en que funciona la universidad, tomando especialmente en cuenta a los estudiantes que atiende, las funciones de su quehacer, los niveles formativos y las áreas de conocimiento que cubre. En consecuencia, la Universidad de Tarapacá ha concluido que, en efecto, una universidad de zona extrema sí puede ser de excelencia, en su contexto y entorno específico.

Desde esta mirada, resulta menester señalar que el funcionamiento de la Universidad de Tarapacá está indisolublemente ligado a su Sistema de Dirección Estratégica. Por cierto, este conjunto de elementos interrelacionados e interdependientes proporciona una óptica integradora, que define los lineamientos de la gestión institucional y los combina para el logro de resultados de calidad superior en las diferentes áreas estratégicas de la misión de la organización.

En este plano, la Universidad de Tarapacá posee como misión generar, desarrollar y transmitir el saber superior con vocación de excelencia, de modo que contribuya a la sociedad a través de la investigación e innovación, de la educación, el aprendizaje y la formación de personas con espíritu crítico y reflexivo, y de la vinculación bidireccional con actores y necesidades de su medio. Desde una perspectiva interdisciplinaria, aporta preferentemente al desarrollo sostenible de las regiones de Arica y Parinacota y de Tarapacá, proyectando su quehacer institucional en el contexto de la Macro Región Centro Sur Andina. A la vez, reconoce la cosmovisión de los pueblos originarios y coadyuva a la custodia, conservación y preservación de la Cultura Chinchorro.

La implementación del Sistema de Dirección Estratégica 2017-2022 ha sido evaluada por la Honorable Junta Directiva, calificando se ejecución con una puntuación de 95% (equivalente a 6,7 en escala de 1 a 7). Esta evaluación del órgano colegiado máximo de la Institución sugiere un nivel superior de cumplimiento de los fines y propósitos institucionales y, consecuentemente, un nivel superior en la evaluación de la consistencia interna. Dicho resultado, con logros alcanzados en el último periodo, deberá ser evaluada por la Comisión Nacional de Acreditación de Chile.

En este respecto, una cuestión probablemente excepcional se relaciona con que la Universidad de Tarapacá ha creado y difundido conocimiento avanzado y ha sido la protagonista fundamental para lograr que los asentamientos y momificación de la Cultura Chinchorro, sean patrimonio de la Humanidad desde el año 2021. Así, una ventaja comparativa, como es la custodia de las momias artificiales más antiguas del mundo, se ha transformado en una ventaja competitiva para toda la Región, a través de: el conocimiento experto generado en la Universidad durante 40 años; su liderazgo intelectual y social para configurar el expediente de postulación de manera consensuada; el compromiso y la responsabilidad social para asumir un desafío con la custodia y puesta en valor patrimonial de marca mayor. Los resultados logrados son muy significativos y tendrán impactos de gran magnitud en el desarrollo territorial.

Por su parte, la creación de un ecosistema productivo con la zona fronteriza de Perú, con el apoyo de CEPAL, abren oportunidades relevantes para que la agricultura de zonas áridas, el turismo cultural, y el uso eficiente de la energía sean la base de la transformación de ventajas comparativas en ventajas competitivas en ámbitos que impactan directamente en el desarrollo productivo. Por último, es necesario destacar que el Sistema de Salud de la Universidad de Tarapacá, cuyo rol estaba subestimado en el Sistema de Dirección Estratégica inicialmente, tomó un rol protagónico durante la pandemia, ya que atendió 1.762 pacientes con un total de 12.904 atenciones durante el 2021, y fue un apoyo fundamental para dar salud primaria a los adultos y enfermos crónicos, quienes no pudieron acceder al sistema público por la contingencia sanitaria.

Las cifras o rankings no hacen una universidad. Son simples resultados que muestran los logros alcanzados en un período de tiempo definido. La Universidad es mucho más que números, una institución como la Universidad de Tarapacá es, sobre todo, una fuente de esperanza para mejorar la calidad de vida y la movilidad social de personas que, con talentos demostrados, viven en una zona con desventajas estructurales de envergadura, una zona que no otorga las mismas oportunidades a sus habitantes que aquellas posibilidades que existen en el resto de las regiones del país. Por consiguiente, la Universidad brinda una cuota de justicia, de equilibrio, de ilusión y optimismo a una ciudadanía que ha visto progreso de miles de familias a través del rol que juega la institución al crear una auténtica movilidad social.

Más del 70% de los estudiantes de pregrado que confían en la institución vienen de familias social y económicamente vulnerables. Se trata de jóvenes que, desde temprana edad, salen hacia el mundo del trabajo informal, para apoyar con el sustento a sus grupos familiares. Son jóvenes que, de no existir la Universidad de Tarapacá, no tendrían acceso a una educación superior de calidad, con los niveles de complejidad e integralidad que exige la sociedad del conocimiento.

Todo Chile es Chile y en las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, existe la Universidad de Tarapacá, una corporación de derecho público, que cumple con el rol de generar procesos formativos universitarios de pregrado y posgrado, que influyen en el desarrollo de sus estudiantes a nivel cognitivo, psicológico, social y moral, mejorando sus oportunidades y sus capacidades para responder a los requerimientos de una sociedad compleja; permitiendo, a su vez, la configuración de una ciudadanía más activa, participativa y preocupada del bienestar social; promoviendo, consecuentemente, valores esenciales como: la justicia, la solidaridad, y el respeto por los derechos humanos. Junto con lo anterior, en la Universidad se crea conocimiento avanzado, que aporta al estado del arte, en niveles destacados para el país, generando efectos en el desarrollo social, en el crecimiento económico y en la sustentabilidad de los territorios; con una vinculación con el medio que es ejemplo y base para el desarrollo local.

La Universidad de Tarapacá es una fuente de esperanza y justicia para las personas que viven en zonas con desventajas estructurales de envergadura. Su compromiso con la excelencia y la equidad demuestra que, efectivamente, una universidad de zona extrema puede ser de excelencia. Por ello, los insto a que ofrezcan su mayor esfuerzo, como parte de esta vigorosa comunidad universitaria conformada por académicos, académicas, estudiantes, funcionarios y funcionarias de gestión. Trabajen y perseveren bajo el alero de la responsabilidad de contribuir con el desarrollo de nuestra sociedad.

¡Bienvenidas y bienvenidos!

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