En Matilla se dio inicio oficial a los planes de acciones para proteger el cachimbo

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En plena Fiesta de San Antonio de Matilla, miembros del Departamento de Patrimonio Inmaterial –dependiente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio–; junto con agrupaciones de “cachimberos” originarios de Matilla, Pica, Tarapacá y Mamiña, y la Universidad de Tarapacá (UTA) firmaron el avance para la implementación de los Planes de Salvaguardia del baile Cachimbo, a desarrollarse entre 2019 y 2023.

Escuelas itinerantes destinadas a alcanzar las localidades más inaccesibles aledañas a Mamiña; una Casa del Cachimbo para la comuna de Pica o clases de baile asesoradas por reconocidos “cachimberos” en ciertas escuelas públicas del Tamarugal son solo algunos de los variados puntos que se lograrán gracias a la implementación de los Planes de Salvaguardia de la danza cachimbo 2019-2023, a desarrollarse en las comunas de Pozo Almonte, Huara y Pica.

La iniciativa –ejecutada mediante convenio entre la UTA y el Departamento de Patrimonio Inmaterial del Servicio Nacional de Patrimonio Cultural– corresponde al paso administrativo posterior al ingreso de una nueva expresión cultural en el Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial en Chile, hito alcanzado con el cachimbo en 2018. Por tanto, los Planes de Salvaguardia de Cachimbo involucran las comunidades de los cuatro pueblos donde se identificaron los orígenes de este baile de tierra: Mamiña, Matilla, Pica y Tarapacá. Cada una de las localidades diseñó su propio plan, acorde a sus necesidades y objetivos.

“Firmamos la implementación de los planes de salvaguardia, que buscan garantizar el cuidado de la danza cachimbo mediante un cronograma de acciones a desarrollar durante cinco años. En total son cuatro planes, que se trabajaron por separado porque las necesidades de los cultores son diferentes, si bien hay medidas transversales, como potenciar la enseñanza correcta del cachimbo en los escolares”, explicó el Dr. Jean Franco Daponte, musicólogo e investigador de la UTA quien fue parte del equipo de trabajo de la casa de estudios.

“Es interesante destacar también que este va a ser un esfuerzo donde participa toda la comunidad, ya que van a intervenir municipalidades, colegios, profesores, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, entre otros”, agregó Daponte, quien hizo hincapié en la importancia de rescatar el “el aire de cada cachimbo porque, si bien esta una danza propia de los pueblos precordilleranos de Tarapacá en general, cada coreografía del cachimbo varía dependiendo de qué lugar de los cuatros pueblos proviene”, recordó.

El coordinador de la sección de Patrimonio Cultural Inmaterial del Servicio Nacional del Patrimonio –dependiente, a su vez, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio–, Patricio Díaz, estuvo presente en la ceremonia de firma de implementación de los Planes de Salvaguardia, que se realizó durante la fiesta de San Antonio de Matilla. Respecto de la importancia de la protección del cachimbo, Díaz señaló que “como elemento de patrimonio cultural inmaterial, esta danza es muy particular ya que contiene una identidad territorial arraigada ciento por ciento a la región. El cachimbo solo se da en las quebradas de la región de Tarapacá, por lo tanto yo diría que esto marca una característica particular y es muy relevante que sea salvaguardado”, dijo.

Por su parte, las y los cultores presentes en la actividad se refirieron a las expectativas que tienen respecto de los planes de salvaguardia: “Nos parece que todas estas iniciativas que ha realizado la Universidad de Tarapacá y el Ministerio de Culturas han contribuido y van a seguir contribuyendo a la difusión del cachimbo, que es lo que nosotros hemos intentado hacer junto a la Escuela de Cachimbo Méndez Albarracín del pueblo de Tarapacá, así es que estamos muy contentos de que se den inicio a estos planes”, dijo Margarita Jara, de Tarapacá.

Jorge Moya, presidente de la comunidad quechua de Matilla y cultor de cachimbo, aseguró que los planes son “algo muy positivo. Nosotros venimos trabajando con la UTA hace bastante tiempo, en un trabajo mancomunado. Ahora viene un proceso importante y muy serio, mediante el cual esperamos llegar a la juventud y a los niños para que ellos se reencanten y también encanten con su patrimonio, porque el cachimbo es la rebeldía del tarapaqueño en relación a su historia. Una historia que no debe morir”, dijo.

Gabriela Caqueo, cultura de Mamiña, indicó que esperan “preservar la tradición de los bailes, con las coreografías correspondientes a cada pueblo. Queremos que las personas de los pueblos cercanos a Mamiña sepan cómo bailar nuestro cachimbo y esperamos también que en el futuro en toda la región y en todo Chile se logre distinguir y conocer las diferencias y la historia que existe entorno a nuestra danza”.

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