En la sede Iquique se realizó la tradicional ceremonia de Investidura de Educación Parvularia. Este año, son 17 estudiantes que iniciarán en los próximos días las prácticas intermedias de la carrera. Previo al inicio de este proceso de formación, se realiza la entrega de las piochas identificadoras que usarán en sus respectivos centros de prácticas, pero, además, se realiza una renovación de votos con la carrera por medio de una serie de elementos que componen la ceremonia que convocó un centenar de padres y familiares.
La Directora General de Sede, abrió la ceremonia con la entrega de los saludos a nombre del Dr. Rodríguez, rector de nuestra Casa de Estudios. En su mensaje, destacó que “nuestras comunidades requieren hoy en día, profesionales de la Educación Parvularia que otorguen a las personas un trato humano, cordial y cercano. Nuestros niños y niñas necesitan que, junto con ayudarles a descubrir el mundo, alguien les enseñe la importancia de quererse a sí mismos, de respetarse y de valorarse. Necesitan que alguien les enseñe que tienen muchísimos talentos y que todos ellos son necesarios para construir un mundo más humano, inclusivo e innovador”. Además, la Dra. Yasna Godoy, indicó que “nuestros niños, niñas y jóvenes necesitan ser acompañados en su desarrollo integral, cuidando su desarrollo cognitivo, afectivo y social.
Para eso nuestra Universidad les ha preparado y confía en ustedes, en su capacidad de cuidar, de ser afectuosas y de ser profesionales”.
Posteriormente, Teresa Aguirre, jefa de carrera de Educación Parvularia, se refirió al contexto de la ceremonia y sus alcances definiéndolo como “un momento que marca un antes y un después en nuestro proceso de formación profesional. Es una instancia que
simboliza el momento en que nos vestimos del rol profesional que desempeñaremos a lo largo de nuestras vidas, en el caso de ustedes, simboliza el vestirse de educadora de párvulos, rol profesional que forjará el carácter de cientos de niños y niñas, formando con vuestro trabajo a los ciudadanos del mañana” puntualizó.
En representación de las estudiantes, Lucía Shneider indicó que “esta Universidad, no solo beneficia nuestras mentes, sino también nuestros espíritus, en cuanto a renovados modos de enfrentar desafíos, asumir responsabilidades y, sobre todo: compromisos.
La vocación, como inclinación a la práctica docente es algo difícil de enseñar, pero día a día en la universidad logramos presenciarla a través de nuestros profesores, quienes nos motivan y guían en la búsqueda y máxima expresión de nuestra propia vocación docente”.
Estableciendo una muestra del sello institucional en la región, se invitó al Taller Méndez–Albarracín del poblado de Tarapacá, para mostrar el Cachimbo a los asistentes, baile de las quebradas de la región de Tarapacá, declarado durante el segundo semestre del 2018, como patrimonio cultural inmaterial de Chile, por el Ministerio de Cultura, las Artes y el Patrimonio, con patrocinio de la Universidad de Tarapacá en tal trabajo.