Cuatro académicos de la Universidad de Tarapacá participaron del primer encuentro de la Red chilena de revistas científicas de acceso abierto de las Universidades del Estado que se realizó en la U. de Los Lagos.
La red, conformada por 15 de las 18 Universidades del Estado y, a su vez, con casi 200 revistas científicas, permitirá fortalecer equipos editoriales mediante elementos técnicos, tecnológicos y capacitaciones. En esta oportunidad, también se conformó un grupo de 70 personas representantes de sus equipos para la primera línea de redacción de una política de revistas científicas.
Ana Comigual, encargada de Fortalecimiento y Gestión de Revistas Científicas Institucionales de la ULagos, quien trabaja como directora de la Red de Revistas Científicas del Estado, explicó sobre el encuentro que “la idea, es fortalecer la realización física, levantar a aquellas que están en etapas de trabajo, en el entendido de que no todas son indexadas. Por lo tanto, nuestro objetivo es levantar, fortalecer y alinear también a las revistas en torno a las realidades universitarias y a las realidades regionales”.
Asimismo destacó la convocatoria al encuentro: “No pensábamos que tendríamos tanta asistencia de las universidades, por ejemplo, más distantes, como Tarapacá”.
Al encuentro asistió el Dr. Daniel Moraga, editor de Journal of Health and Medical Sciences (JOHAMSC); Eugenia Rosello, editora de producción de la revista antropológica Chungara; el Dr. Kristopher Chandía, editor de INGENIARE, revista chilena de ingeniería; y Francisco González editor de producción de IDESIA, revista de Agricultura en Zonas Áridas. Todas editoriales pertenecientes a la U. de Tarapacá.
Kristopher Chandía explicó que el objetivo de su presencia en la jornada fue para “interiorizarnos en este proyecto que nos parece interesante y que de alguna forma aunemos criterios, porque creo que las revistas de universidades estatales hacen un esfuerzo valorable por mantener políticas de acceso abierto y, en la actualidad, tenemos que estandarizar y aunar lineamientos para mejorar cada vez más los procesos editoriales y establecer un estándar de rigurosidad y continuidad en ellos”.
En esta misma línea, Moraga comentó que “obtuvimos una cantidad de insumos, respuestas y mecanismos de cómo se pueden resolver los problemas, cómo se puede llegar a la excelencia en la investigación, y eso es extremadamente importante. Ese es el espíritu del trabajo colaborativo puesto en la realidad, frente a un desafío que es tener una revista de investigación de alta calidad”.
