Hace 39 años se creó la Universidad de Tarapacá. Nació cuando los aportes fiscales caían cada año; vio la luz con un campus Saucache que no era propio, sino un comodato; y heredó una gran deuda del Fondo de Indemnización de la Universidad del Norte. Ninguna otra universidad nació en estas condiciones.
Los primeros años fueron de sobrevivencia, aunque la calidad del cuerpo académico posicionó a la institución como una instancia válida para la formación de profesionales de calidad. Recién en el año 1994, la Universidad comenzó una senda de progreso que ha sido ininterrumpida por más de 26 años.
Hoy nuestra Universidad cuenta con más de 9 mil estudiantes; el 90% de sus 305 académicos tiene formación de postgrado y los mismos han liderado la investigación Fondecyt Regular en el norte de Chile en los dos últimos años; llegando a una productividad científica per cápita de las más altas del país. La Junta Directiva es de excelencia y los funcionarios de gestión muestran compromiso con la calidad. No es de sorprender entonces que la Universidad esté en los rankings internacionales como Times Higher Education o QS en posiciones respetables en Latinoamérica.
Este año de pandemia ha sido lamentable para la sociedad y para el país. La Universidad ha procurado proteger a su comunidad; prestando igualmente el servicio público con estándares de calidad. Así, miles de estudiantes no han perdido un año por razones ajenas a su voluntad.
Los desafíos de la actualidad son enormes. Estamos construyendo un nuevo Estatuto Universitario que será nuestra guía por las próximas décadas; debemos seguir fortaleciendo nuestra sede en Iquique; asumiendo los desafíos de la equidad con mayor fuerza. Asimismo, la consolidación del postgrado y la investigación aplicada al desarrollo territorial siguen desafíos relevantes. Con todo, hemos avanzado cualitativamente sustentados en la fuerza de la unidad.
Fuente: https://www.estrellaarica.cl/impresa/2020/12/11/full/cuerpo-principal/8/
