Ante la posible pregunta: ¿Iquique habrá vivido un año peor que este 2020? Mi respuesta es afirmativa, a saber: El primer semestre de 1868 era bueno, se había dejado atrás una crisis económica muy profunda producto de la baja del precio del salitre: en 1858 Iquique contaba con más de cinco mil personas y en 1862 tenía solo 2.465. En 1868 las máquinas de elaboración de nitrato de soda estaban por iniciar el primer boom industrial y poblacional de Tarapacá. Siempre la tierra iquiqueña ha temblado por lo que no llamó demasiado la atención que en agosto se registraran temblores. El día 13 aconteció el gran evento. Fue tan grande que prácticamente Iquique quedó paralizado hasta septiembre. El 3 de octubre, cuando volvió a circular El Mercurio de Tarapacá, incluyó un reportaje de El Nacional de Lima, que en una de sus partes decía: “Iquique. No ha alzado la voz para quejarse ni para pedir socorro, pareciendo haberse resignado con su infortunio, a pesar de ser inmenso. Dos tercios de la población han sido barridos por el mar. En mercaderías extranjeras y en salitre, se ha perdido más de 4.000.000 de soles”.
No pudieron alzar la voz porque -a partir de ese mes- enfrentaron otra calamidad procedente de Pisagua: la fiebre amarilla. Este vecino puerto tenía 1.200 habitantes y el balance del mes de diciembre calculaba 600 muertos. La mitad de su población. En Iquique el terror comenzó a recorrer las calles, mientras quienes podían hacerlo partieron del puerto, y los que se quedaron le dieron cara la muerte. La principal medida fue fumigar las calles con pólvora, “a fin de evitar que vuelvan otra vez las enfermedades que hemos tenido en los meses anteriores” afirmaba el diario local. ¿Hubo otros “años malos”? Sin duda, y lo sabemos.
“Este vecino puerto tenía 1.200 habitantes y el balance del mes de diciembre calculaba 600 muertos”.
Fuente: https://www.estrellaiquique.cl/impresa/2020/12/18/full/cuerpo-principal/11/
