La UTA titula a 157 nuevos profesionales

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En emotivas ceremonias, alumnos de las distintas pedagogías recibieron sus diplomas ante la presencia de felices y orgullosos directivos, académicos, familiares y amigos.

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Ciento cincuenta y siete nuevos profesionales tituló la Universidad de Tarapacá. En la primera actividad de titulación, los egresados de las carreras de Pedagogía en Castellano y Comunicación, Pedagogía en Historia y Geografía, Pedagogía en Inglés, recibieron los diplomas que los certifican como profesores con sus respectivas menciones y especializaciones.


Posteriormente, fue el turno de los alumnos de Educación Parvularia y Psicopedagogía, Pedagogía Educación Básica, Pedagogía Educación Física y Educación PAE Técnico Profesional, quienes culminaron esta importante etapa de formación.


Las ceremonias estuvieron encabezadas por el Vicerrector Académico, Dr. Carlos Leiva Sajuria, el Director General de Docencia, Hernando Bustos Andreau y la Registradora, Marlene Cisternas Riveros, quienes destacaron la cantidad de nuevos profesionales que hoy la Universidad de Tarapacá entrega a la región.


Tras la entrega de los títulos, el Vicerrector Académico señaló la satisfacción por parte de la UTA en instancias como éstas. “Las ceremonias de titulación son los momentos más significativos para nuestra universidad, ya que es el momento donde podemos decirle a la comunidad he aquí nuestro producto y nuestro producto son personas, son hombres y mujeres hechos y derechos, profesionales que esperamos lleven a la ciudadanía el mensaje que queremos dar, que se vean reflejados todos los valores que les hemos inculcado aquí en la universidad”.


El directivo también destacó las esperanzas y la confianza que la Universidad de Tarapacá, como alma máter de los nuevos profesores. “Estamos seguros que la gente que hoy estamos titulando es gente de alto nivel profesional, con un alto nivel técnico que llegan a un momento culmine de su educación, que pasaron por un proceso de transformación, donde los recibimos a todos muy jóvenes, de 17 o 18 años en su mayoría y hoy son adultos, ciudadanos plenos”, finalizó.

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PALABRAS DE DESPEDIDA
Sin duda alguna uno de los momentos más emotivos fueron las palabras de la hoy profesora Natalia Bobadilla quien hizo un resumen de lo rápido que pasó el tiempo. “Pareciera que fue ayer, cuando nos llegó la noticia de que habíamos quedado en la carrera y en la universidad que soñamos y nos embarcamos en la aventura de entrar a la educación superior. Aún parecen cercanos los días en que éramos mechones, que empezábamos a conocer a los profesores y todas las metodologías de trabajo. Están frescos en nuestros recuerdos las pruebas, los trabajos, las competencias por destacar en una disertación, las semanas de las carreras, los tambos, las muestras de compañerismo universitario, las prácticas profesionales… ¡Y la temida tesis! (…) Todos estos fueron parte del proceso que nos llevó estudiar Pedagogía. Si y Pedagogía con mayúscula, porque es la única profesión que da origen a otras profesiones, sin profesores las personas no aprenden a leer, escribir, sumar, utilizar bien su motricidad fina, a usar bien su cuerpo, habilidades sociales, en fin, todas las destrezas necesarias para la vida. Fuimos valientes al escoger esta carrera, ya que conlleva una gran responsabilidad, nosotros forjamos el futuro de la sociedad, junto a los padres de familia, incidimos directamente en los cambios que esta presenta, por lo tanto tenemos el poder para incluso mejorar el país si quisiéramos”.


Natalia en su intervención, también destacó el rol y el gran desafío que se les presenta a los que hoy dejan de ser alumnos e ingresan a las aulas como docentes, instando a sus colegas “a dejar que los comentarios de algunas personas y ciertos medios de comunicación nos hagan sentir menos, porque la profesión, por la cual nos quemamos las pestañas, gastamos pasajes y en muchos casos hasta nos endeudamos merece la pena, totalmente, debemos sentirnos orgullosos de lo que somos y darle las gracias a Dios por la gran oportunidad que nos ofreció de poder educar a los más pequeños, de poder guiar a los más jóvenes y a la sección más importante de la sociedad. Jamás debemos olvidar, que somos profesores de todos los niños, del pobre, del rico, del discapacitado, del aymara, del mestizo, de todos. Es nuestro deber garantizar el derecho a que todos ellos reciban una buena educación, pero por sobre todo, más allá de las materias y las bases curriculares”.


LOS PROFESORES
Por su parte y a nombre de los académicos, que fueron parte fundamental en estos años de formación, el profesor Historia y Geografía, Abraham Rojas entregó unas sinceras y cariñosas palabras a sus nuevos colegas. “El paso por la universidad deja huellas que no se olvidaran en muchos años pues dejan lecciones. Lecciones sobre la vida y las cosas, pero sobre todo que nos empujan a crecer (…) Ahora, colegas, en que nos encontramos dando los primeros pasos hacia el futuro, se hace necesario que no dejemos de preguntarnos cada día, por el sentido de lo que enseñamos, que significa lo que aquí hemos hecho, porque no podemos dejar de tener presente que todo lo que hagamos y hacemos, tiene una repercusión en una persona y en el futuro, en la sociedad que queremos construir y que en realidad estamos construyendo”.


El académico destacó en sus palabras el verdadero sentido de la educación. “Educar: Si, para la paz, para la integración con nuestros vecinos. No para la guerra ni la discriminación. Educar si, para inculcar valores, y en esto las familias son vitales. Educar para formar buenos ciudadanos y también personas dignas de serlo, para conocer el funcionamiento de nuestra sociedad, pero también para anhelar y transmitir el sueño de una patria con pan y justicia social y respeto al medio ambiente”.


Rojas finalmente instó a través de unas cortas pero motivadoras frase a los familiares y amigos y parejas de quienes estuvieron presentes en la ceremonia. “Apóyennos, quiéranos, abrácenos. Sin vuestro apoyo, un pedagogo no es nada, y ante todo siempre un apoyo emocional es maravillosamente recibido, porque es muestra de que nuestros sueños son posibles en un aula”.


Tras la entonación del himno de la Universidad, fotografías y abrazos, la UTA nuevamente entrega a la región, capital humano con valores y calidad profesional, los que serán un gran aporte al crecimiento y desarrollo de Arica y Parinacota.

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