“Si bien la redacción de una nueva Constitución representa una gran oportunidad para establecer en ella un ordenamiento jurídico más favorable para las aspiraciones, no sólo de los afrodescendientes chilenos, sino de toda la población nacional, individuos, y comunidades, el camino seguirá siendo arduo, porque, a pesar de su reconocimiento legal como pueblo tribal, lo que les confiere iguales condiciones y derechos de los que gozan los pueblos indígenas originarios, como lo establece el Convenio 169 de la OIT, el hecho de ser una minoría respecto a éstos afectará, sin duda, el peso de su representación en el proceso constituyente”.
Universidad de Tarapacá – Universidad del Estado de Chile