El humor de los científicos del mundo

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No solo se trató de exponer 23 temas en torno a las últimas investigaciones sobre el cáncer, por parte de los científicos internacionales invitados a Arica. El valor agregado, como pocas veces se aprecia en estos encuentros para expertos, quedó en los momentos vividos tras bastidores y en el recuerdo de cada participante.

Más de 17 mil kilómetros y alrededor de 26 horas viajó el Dr. Yoshinori Mukarami, desde Tokyo, Japón, con una breve detención en Estados Unidos, luego Santiago y, finalmente, el Hotel Arica. Pero no fue el único científico que voló por la tropósfera, la capa de aire que se encuentra sobre la superficie de la tierra, para llegar a la esperada cita, en noviembre del 2022, el año par para el mundo andino, que augura equilibrios y buenas energías.

El Dr. Mukarami llegó a encantarnos con su linda y permanente sonrisa e impregnar con sus afectos evidentes el Simposio Internacional Charles Heidelberger en su versión número 24, organizado por la Fundación Heidelberger y la Dra. Gloria Calaf del Instituto de Alta Investigación de la Universidad de Tarapacá. Cabe destacar el tremendo equipo, no por la cantidad de personas, sino por su calidad humana y generosa, como anfitriones, pertenecientes a la Dirección de Logística y Operaciones y a la unidad de audio y extensión, a quienes la organizadora les puso nota siete.

Como todo es ciencia e involucra nuestra humanidad, aseguramos que hubo una constante química que marcó este encuentro de 23 expertos, que como quijotes buscan respuestas para aplacar el dolor, en esta aventura donde no están los molinos de viento que tan bien describió Cervantes, sino seres humanos que quieren seguir existiendo con calidad de vida.

DIA UNO

La Dra. Calaf, dueña de casa, vestida de un azul celestial, recibió a cada uno de los invitados, en esta actividad planificada profesionalmente y armada con mucho cariño. Vía zoom pudimos conocer al Dr. Curtis Harris de Estados Unidos y luego a nuestra querida Dra. Carmen Romero de Santiago, que debido a un accidente en el aeropuerto, contó con una silla de ruedas como compañera. Ella, estoica como las mujeres guerreras, no dejó de sonreír. Día que se desarrolló cronométricamente entre exposiciones, cafés con galletas de mantequilla, aguas saborizadas, muchas fotografías y conversaciones que fueron generando lazos.

DÍA DOS

La doctora Calaf, halagada por los colores de la madre tierra, puestos en su vestuario, accedió a todas las fotografías requeridas. Y la piscina fue el espacio que propició los instantes de relajación, que dentro de la sala de conferencias no eran posibles. El Dr. Ke Jiam “Jim” Liu, de Estados Unidos, que investiga sobre el arsénico, sacó agua en una taza, para verificar si el agua era verde o ése era el color de la piscina. Eso dio pauta para que el Dr. Wei Li de Estados Unidos, el rey del humor, hiciera el intento, fallido por supuesto, de tirarse al agua, mientras era sostenido por quienes lo rodeaban. Sacó carcajadas sin excepción. Una sonrisa abre el alma y acerca las vidas. Algo así sucedió.

Pero lo mejor estaba por venir, inesperadamente nuestro estimado Wei Li simuló ser un can, que no ladraba ni mordía, pero sí caminaba en cuatro patitas. “La ciencia es suficientemente complicada y difícil, por tanto, el humor es lo que le ha facilitado su quehacer científico, por lo que siempre ha tratado de colocar el humor en todo lo que hace”, nos traduce nuestro querido Leodán.

Mientras la Dra. Denisse Bravo de Santiago exponía su investigación, un hombre enamorado no se perdía video ni fotografía de su musa inspiradora, vestida con flores para una primavera casi eterna en Arica.

El turno del Dr. Vicente Torres de Santiago, con camisa de color morado, un símbolo de autoridad en el mundo aymara, dio paso al café de las tres de la tarde, donde el garzón, Ricardo, agasajó a los invitados con cafés cargados para activos investigadores en la soleada tarde. La última sesión del Dr. Juan Pablo Muñoz de la Universidad de Tarapacá, generó expectativas de una orgullosa Dra Calaf, con quien comparte área de trabajo.

DÍA TRES

En el intermedio del café, la Dra. Lilian Jara de Santiago hizo compras, ya que las bellas joyas de piedras y cristales, ubicadas en espacios externos, no dejaron a nadie indiferente. La hora del almuerzo fue el momento para celebrar el cumpleaños del Dr. Joseph Landolph, con un pequeño pastel y un gran coro que cantó “happybirthday”. La tarde nos sugirió calzado cómodo porque el Museo de San Miguel de Azapa era la visita esperada.

Una mariposa nocturna habita el bus, donde un conductor joven y amable, nos deriva a la intimidad del valle de Azapa, donde las momias milenarias, al resguardo de la Universidad de Tarapacá, son el motivo por el que el Dr. Bernardo Arriaza se explaye, respondiendo las  inquietudes de los científicos. En el Museo el Dr. Mukarami encontró documentado el apellido japonés Ishihara. Él insiste que nos parecemos, porque tenemos vista al Pacífico y por los rasgos físicos de los habitantes, especialmente en la forma de los ojos.

Luego hubo espacio para conocer el campus Saucache de la UTA, cruzando la calle 18 de septiembre, al estilo de Los Beatles en fila india por calle Abbey Road.

No faltó el abrazo a las esculturas de piedra, en el exterior de la Oficina de la Dirección de Internacionalización, ni el guardia Alexis, quien fue funcionario del Instituto de Alta Investigación, quién invitó a la doctora Calaf a andar en el moderno scooter eléctrico que usa para la vigilancia. La subida al emblemático Morro fue el lugar de la brisa, agitando apasionadamente la bandera, que danza al ritmo de la naturaleza.

DÍA CUATRO

En el libro El Principito de Saint Exúpery se expone el tema de cómo se crean lazos y cómo nos vamos domesticando. Hasta que llegó el día en que había que decir adiós. Las charlas y luego el resumen del Simposio cerraron las maratónicas jornadas. Había que prepararse para la tarde, en que los bailes chilotes, de la Isla de Pascua y la cueca que invita al amor, dio paso a la entrega de certificados, donde había que despedirse feliz y mostrar las ceremonias con reverencias de otras latitudes. Porque los lazos estaban creados y cada uno llevó consigo la emoción de este encuentro, único. En Arica se dice “jikisinkama” en aymara y significa, “hasta que volvamos a vernos”, porque la vida nos sorprende y ”Lo esencial es invisible a los ojos”.

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