Subsecretaria de Educación Superior destaca pluralismo de la Universidad de Tarapacá

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Verónica Figueroa Huencho, acompañó al rector Dr. Emilio Rodríguez Ponce en la ceremonia de juramento como rector.

El 29 de julio fue un día especial para la Universidad de Tarapacá, las más altas autoridades regionales y universitarias se dieron cita en el Aula Magna del Campus Velásquez, para asistir a la ceremonia de toma de juramento de honor del Dr. Emilio Rodríguez Ponce como rector de esta Casa de Estudios Superiores, quien estuvo acompañado de la invitada especial, la Subsecretaria de Educación Superior, Verónica Figueroa Huencho.

Tras la lectura del Decreto Supremo 113, la investidura con la Medalla Institucional y las palabras del rector electo Dr. Emilio Rodríguez Ponce, la Subsecretaria de Educación Superior, Verónica Figueroa Huencho, felicitó a la máxima autoridad universitaria por esta reelección: “Quisiera comenzar felicitando al Rector Rodríguez por su reelección, y a toda la comunidad educativa de la Universidad de Tarapacá por este proceso eleccionario que da cuenta de su compromiso con la democracia universitaria. Aprovecho de hacer presente también las felicitaciones del Ministro de Educación, Marco Antonio Ávila. Para el Ministerio de Educación y para la Subsecretaría de Educación Superior es un orgullo compartir este acto que marca el inicio de un nuevo ciclo de gestión y que renueva el rol que esta Universidad estatal tiene en el desarrollo de su territorio y de todo el país, formando profesionales que representan el espíritu de pluralismo y excelencia que deben formar parte de todo proyecto de educación superior”.

 “Cabe preguntarnos cuáles serán las transformaciones que tendremos que impulsar desde nuestros diferentes espacios para enfrentar estos cambios, los que no sólo tienen un impacto en la comunidad estudiantil o en el trabajo de aula, sino que también nos invita a pensar en la composición de nuestra comunidad educativa, en la enseñanza y, sobre todo, en la generación de conocimiento. En ese sentido, el rol de la Universidad de Tarapacá, en cuanto generadora y difusora de nuevo conocimiento será clave, especialmente desde una perspectiva regional y global, convirtiendo al territorio en protagonistas de su desarrollo, considerando sus particularidades, su composición, su realidad actual y futura, de manera de favorecer que puedan decidir de mejor forma sobre sus destinos, considerando que los desafíos seguirán acrecentándose, y debemos estar preparados para ello. No se trata de temas sólo nacionales, sino que debemos mirarlos también desde las realidades regionales”, destacó la autoridad nacional.

Enfatizó la trayectoria e historia reciente de la Universidad de Tarapacá, la cual asume como su misión institucional el desafío de custodia, conservación y preservación del patrimonio de la humanidad de la cultura Chinchorro, la que constituye un acervo cultural milenario de valor inestimable para la humanidad: “Efectivamente, hace un año esta Universidad contribuyó de manera central a un logro que nos enorgullece como país, donde el sitio de protección de las momias Chinchorro y sus procesos de momificación fueron nombrados por la Unesco como Patrimonio Mundial. La Universidad de Tarapacá, toda su comunidad, no sólo tuvo la capacidad de comprender y transformar en un eje estratégico la conservación de la cultura chinchorro, sino que lo hizo articulando y movilizando múltiples actores locales. Fue un camino de más de 20 años el que recorrieron, desde 1998 cuando este milenario patrimonio fue incluido por Chile en la Lista Tentativa de Patrimonio Mundial. Una década más tarde, la Universidad inició las investigaciones para elaborar el expediente de postulación, el que contó con el apoyo del Ministerio de las Culturas, el Gobierno Regional y distintas instituciones locales y nacionales, el que fue enviado a UNESCO en 2020, logrando posicionar a Chile en el marco internacional”.

En su discurso a todos los asistentes presentes en el Aula Magna, agregó: “Como Subsecretaría de Educación Superior nos enorgullecemos de la Universidad de Tarapacá y de su compromiso con la interculturalidad, la que no solo se expresa en sus definiciones estratégicas sino que es posible evidenciarla en todos sus espacios. Hoy, más que nunca, las sociedades demandan que las Universidades se pongan al servicio de los grandes problemas, que se transformen en universidades socialmente comprometidas, orientadas a la solución de problemas colectivos, que prioricen a los sectores más postergados, y que movilicen la colaboración de todos los actores del sistema universitario. Esto nos invita a remirar la educación superior en general, y los proyectos universitarios en particular, especialmente lo que entendemos por pertinencia y calidad de sus procesos formativos, de sus proyectos de investigación y de vinculación con el medio, desde el punto de vista de las necesidades de los territorios, no como concepciones estáticas sino como espacios en permanente trasformación, donde diferentes grupos y colectivos han ido avanzando en el reconocimiento de sus derechos legítimos, y debemos incorporar esos avances en nuestras aulas pero también en nuestros enfoques, en la diversificación de nuestras investigaciones y de la forma en la que nos relacionamos con la sociedad. Hoy más que nunca necesitamos de comunidades educativas que se asuman como parte fundamental de los cambios sociales y no una que los mira desde lejos”.

En este marco la Subsecretaria de Educación Superior expresó que “las políticas públicas en educación superior deben necesariamente ser formuladas considerando esas diversidades, como lentes para romper con el supuesto “velo del Estado”. Debemos avanzar hacia una educación no sexista que no sólo significa dotar de espacios seguros a las comunidades educativas, espacios libres de violencia de género, sino que también debe tener una expresión en nuestros enfoques investigativos y en las estrategias de creación y difusión del conocimiento. Una educación no sexista contribuye al fortalecimiento de la democracia, del pluralismo y a un desarrollo sostenible e igualitario, ya que permite replantearse sociedades más justas, menos discriminatorias, con oportunidades para estudiar y desempeñarse en cada una de las disciplinas que sean equitativas para los géneros”.

Finalizó sus palabras señalando que “hemos asumido nuestra responsabilidad con nuestras Universidades estatales, las que se convierten en espacios clave de transformación educativa. Queremos contribuir a su posicionamiento donde las concebimos como parte de un tejido clave para la promoción de innovaciones, de espacios de creación en todas sus dimensiones, y donde la sociedad pueda verse realmente reflejada. Creemos en el potencial del conocimiento para incidir en la vida de las personas, a veces para anticipar, a veces para explicar, a veces para intervenir, otras para generar nuevas perspectivas. Pero sobre todo para transformar. Las Universidades deben ser ojos y oídos de la sociedad, debe ser la voz que se enlaza con otras voces, debe ser el espacio para  comprender el presente y deliberar sobre el futuro. Los proyectos educativos deben comprometerse con ello. No me cabe duda que este nuevo ciclo rectoral se caracterizará por este espíritu de colaboración y transformación. Contamos con ustedes, con toda la comunidad de la Universidad de Tarapacá, para ello”, enfatizó la subsecretaria Verónica Figueroa.  

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