Día Mundial de la Poesía

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Dr. Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014, diario La Estrella de Iquique, edición 26 de marzo 2021.

¿Para qué poetas en tiempos de penuria? Esta pregunta pertenece al poeta alemán Friedrich Hölderlin, que vivió entre los siglos XVIII y XIX. Pregunta que fue rescatada por el filósofo Martin Heidegger, quien en 1946 afirmaba: “hoy apenas si entendemos la pregunta”. Era el momento preciso para entenderla: Europa (y el mundo) venía saliendo de una guerra fratricida y él, como alemán, en ese momento comprendió plenamente que se les venía una larga noche con la toma de conciencia de la barbarie cometida. Para Hölderlin los tiempos de penuria se refieren al vacío generado por la falta de dios, que nosotros -los que nos ha tocado vivir esta época secular- podríamos reemplazarla por otros conceptos como la falta de verdad, de certezas, de humanidad.

El propio Heidegger nos había hablado (en “Serenidad”) de cómo el pensamiento calculador y la técnica transformaron a la naturaleza en una estación de combustibles para su uso y abuso. ¿Tomaremos conciencia de que las pandemias y sus consecuencias no son ajenas al quehacer humano sobre la naturaleza?

No solo hemos sido testigos de una pandemia global, sino que hemos estado habitando en ella, aunque no nos hayamos contagiado, porque cada día que renunciamos a nuestra libertad en beneficio de la salud pública, es una toma de conciencia. Cuando la muerte deja de ser una estadística y se devela en un nombre conocido, es una toma de conciencia. Cuando el amor se desvanece entre los seres queridos, es una toma de conciencia. Heidegger propone que es necesario “desocultar” la esencia del dolor, la muerte y el amor, pero ¿cómo podemos hacerlo en estos tiempos aciagos?

Este filósofo concluye: “que el poetizar también sea un asunto del pensar, es algo que tenemos que empezar a aprender en este momento mundial. Tomando el poema como un ejercicio de automeditación poética”. Entonces, ¿la poesía permitirá esa toma de conciencia? Gabriela Mistral, poetisa por antonomasia y prosista por vocación, fue galardonada con el premio nobel de literatura precisamente en 1945, porque fue reconocida su lucha poética por la Paz.

Ese aprendizaje heideggeriano es también válido para este momento global y, estoy seguro, que desde todos los rincones saldrán poetas que, reflexivamente, nos adelantarán lo que será el porvenir y llenarán el vacío que nos ha dejado este tiempo de penurias.

“Ese aprendizaje heideggeriano es también válido para este momento global”.

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