El color amarillo sincronizó Taller de Robótica

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Durante un día, los estudiantes de educación media asistieron al Laboratorio de Potencia, Comunicaciones y Control Automático, y al Laboratorio de Robótica, ubicados en el campus Saucache de la Universidad de Tarapacá

Imagen foto_00000003“Fue un taller muy práctico y dinámico para los estudiantes, con altas expectativas para que ellos puedan manejarse en el futuro, en carreras, actividades y proyectos”, dice la profesora de química y ciencia, Karla Salfate, del Colegio Alemán de Arica, para referirse al Taller de Robótica y Energías Renovables.

El taller fue desarrollado por la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Electrónica de la Universidad de Tarapacá, y organizado por el Proyecto Asociativo Regional Explora de CONICYT Arica y Parinacota.

Camila Araya, profesora de física, también asistió con sus alumnos, señalando que fue “maravilloso el contacto con lo real, lo concreto, lo práctico y lo dinámico; que puedan tocar, vivir experiencias, para los chicos ha sido genial, porque los ha desafiado a hacer proyectos y sus intereses se ampliaron, así que feliz por eso”.

La estudiante Natalia Vargas, que declara su agrado por la ciencia, indicó: “que nos hayan dado la oportunidad de explorar cosas nuevas y adelantarse a conocerlas antes de enfrentarlas es una gran oportunidad y lo que nosotros aprendemos en clases, aplicarlo”.

La experiencia para la estudiante Azul Cifras, fue “extraordinaria, me ayudó mucho para orientarme en lo que voy a estudiar; ahora que experimenté lo que era la energía solar, me motiva a hacer cosas diferentes, la idea es no encerrarse en las mismas carreras, la energía solar me gustó porque es algo que ayuda al planeta”.

TODO AMARILLO

Un día viernes de sol intenso, combinó perfecto con el uniforme amarillo de los estudiantes del Colegio Alemán. Pero faltaba ver el microbús, que los llevaría desde el campus Saucache a la planta solar de energía fotovoltaica completamente automatizada de la Dirección de Aeronáutica Civil, donde se visualiza la investigación aplicada a proyectos de ingeniería.

La micro amarilla, con capacidad para 46 personas, fue conducida por David Cortés de la Unidad de Logística y Operaciones de la Universidad, acostumbrado a que le digan a él y a los otros choferes de este vehículo americano, los Freddy Krueger, personaje de la saga de películas de terror.

Especialmente, por su tamaño, este vehículo presta servicios de uso diario en el traslado de alumnos de agronomía al campus Azapa, porque en calles estrechas cuesta hacer los cambios y se produce más desgaste, por lo que es más cómodo que funcionen en el área rural.

EXPERIENCIAS

Para el estudiante Tomás Álvarez, la actividad “fue provechosa, me sirvió para experimentar, conocer un poco la sede de la UTA valió la pena, destaco la calidad de los materiales, la infraestructura y la calidad de la enseñanza que pude apreciar”.

Francisco Pantoja, indicó que “no conocía mucho del tema, pero este tipo de actividades lleva a aprender cosas nuevas y me interesó esta área de la ciencia, todo me llamó la atención”.

Gonzalo Pantoja, que tiene un año nueve meses de diferencia con su hermano Francisco, fue uno de los estudiantes que jugó con el robot, literalmente en el suelo. “Volví a los años infantiles pero con juegos más difíciles, sentí que el robot era parte mía, muy entretenido, porque a mí me llama la atención el área de la ciencia y ver la aplicación y la ayuda que se puede hacer a la sociedad con estas herramientas es interesante”.

Para Gonzalo, en este taller de un día se puede aprender bastante porque “sí hay varias cosas que estamos viendo en el liceo, acá es más práctico, aprendes más y es más tangible todo”. En sus tiempos libres investiga, lee y ve documentales científicos, va poco a fiestas, pues está enfocado en los estudios, y en lo más importante “que es el futuro”.

El ruido del motor de la micro amarilla, típica de película norteamericana, indica que la actividad llegó a su fin y que la salida a terreno en pleno desierto del norte, aledaño al aeropuerto, tiene hora de término.

Cada vez los talleres tienen historias propias y sincronías como ésta, donde el color amarillo de la atmósfera, de los uniformes y de la micro de los Freddy Krueger, no dejaron de mandar señales.

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