En próximo 8 de Marzo se celebrará en nuestro país el Día Internacional de la Mujer, patrocinado por la Organización de Naciones Unidas e institucionalizado en el año 1975. Desde ese año a esta fecha nuestro país adhiere a esta justa y merecida celebración en donde se reconoce no sólo el aporte de las mujeres al mundo del trabajo, en lo público, sino que también al cada vez con mayor justicia al invalorable aporte que realizan en los hogares de Chile y el mundo al cuidado de nuestros hijos e hijas. Esa gran tarea tantas veces anónima y que se asume como normal y casi obligatoria, debe ser sin duda muy valorada.
Este tránsito desde el año 1975 hasta hoy no ha estado exento de complejidades, en las cuales la lucha por la igualdad de oportunidades ha significado ajustes en nuestra sociedad que van desde la conquista del derecho a voto, hasta la institucionalización de políticas públicas a través de la creación de un ministerio sectorial y participación incremental en la vida política y la esfera pública.
En otras oportunidades hemos señalado que el “lenguaje construye realidades”, por tanto los cambios y la evolución de mejores condiciones de vida para las mujeres en general, pasa por la entronización en nuestros discursos cotidianos de que ambos componentes de esta historia llamada sociedad, tenemos un espacio para ser nombrados. Por eso hoy escuchamos decir “todos y todas
