Investigadora realizó taller de Bionanotecnología en la Universidad de Tarapacá

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Durante la jornada se realizó un seminario y un taller práctico de generación-caracterización fisicoquímica de nanoburbujas, además de la aplicación de éstas en sistemas agrícolas de interés para la región

El Laboratorio de Patología Vegetal del Campus Azapa, de la Universidad de Tarapacá, dictó un seminario y taller de aplicación de nanoburbujas en agricultura, actividad que se realizó teniendo como referente a la bionanotecnología, que se define al trabajo realizado en biología a una escala nanométrica (molecular y atómica), posee un enorme y creciente potencial en el área de las ciencias. Por esta razón es que varias universidades y centros de investigación chilenos se han ido enfocando en dicha disciplina durante los últimos años.

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Figura 1. Suspensión con nanoburbujas Figura 2. Simulación molecular de una nanoburbuja de CO2 realizada por Felipe Bravo, Ingeniero Bioinformático del Center for Bioinformatics & Integrative Biology (CBIB). UNAB

La instancia dirigida por la Dra. Marlene Arismendi-Macuer, investigadora del Center for Bioinformatics & Integrative Biology (CBIB) de la Universidad Andrés Bello, tuvo por objetivo explorar la incorporación de sistemas novedosos en el Laboratorio de Patología Vegetal que potencien la estabilidad biológica de microorganismos benéficos para la agricultura.

Durante la jornada, se realizó un seminario y un taller práctico de generación-caracterización fisicoquímica de nanoburbujas, además de la aplicación de éstas en sistemas agrícolas de interés para la región.

Las nanoburbujas son burbujas de tamaño nanométrico, y son física y químicamente estables. Esta propiedad favorece de forma considerable la estabilización de microorganismos benéficos o con actividad como reguladores biológicos, logrando por ejemplo, disminuir la germinación de las conidias.

“Con este taller, se abre la posibilidad de interacción entre estos dos grupos de investigación -U. de Tarapacá y CBIB-, lo que posibilita la eventual generación de sinergias científicas, tan necesarias en el desarrollo de las ciencias aplicadas” dijo el Dr. Germán Sepúlveda, académico responsable del Laboratorio de Patología Vegetal.

“Los desafíos son enormes y las posibilidades de adecuar nanotecnología a nuestros sistemas agrícolas se constituyen en una realidad”, agregó.

Por su parte, la Dra. Arismendi-Macuer, destacó que “la colaboración multidisciplinaria es muy gratificante y benéfica en cuanto a la retroalimentación científica. Todos aprendemos de las diferentes formaciones académicas y experiencias profesionales. Y gracias a esto, encontramos soluciones a problemas complejos durante el taller”.

En la sesión realizada el pasado 21 de febrero, también participaron expertos de la U. de Tarapacá como Steffany Cardenas y Mabel Arismendi, ambas ingenieras agrónomos, y el Dr. Wilson Huanca-Mamani, a cargo del Laboratorio de Biología Molecular de Vegetales. Esta actividad se enmarca en el Proyecto Convenio de Desempeño UTA 1795.

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