Alumnos de la Escuela Especial de Lenguaje “Piececitos de Niño” aprendieron más sobre la Cultura Chinchorro

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“Erase una vez las momias chinchorro”, proyecto de difusión de la escuela de lenguaje, cuenta entre sus actividades una visita al Museo Arqueológico San Miguel de Azapa y la confección de réplicas de artefactos utilizadas hace 7.000 años en las costas ariqueñas.
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Un interesante proyecto para que los más pequeños se interioricen sobre la milenaria historia de Arica está desarrollando la Escuela Especial de Lenguaje Piececitos de Niño. El proyecto, titulado “Erase una vez las momias chinchorro”, contó con el apoyo del Plan de Gestión de Sitios Chinchorro, dependientes de la Dirección General de Extensión y Vinculación de la Universidad de Tarapacá y convocado por el Gobierno Regional. El equipo proporcionó una réplica de las momias más antiguas del mundo, con la que los escolares reforzaron lo aprendido en la primera parte del proyecto.

María Salomé Pavlov, educadora Diferencial y coordinadora del proyecto, explicó la iniciativa: “Como política de la Escuela, queremos que los niños afiancen sus raíces. En el caso de la Cultura Chinchorro queremos aportar a la Universidad de Tarapacá en la meta de que sean declaradas Patrimonio de la Humanidad. Nuestro objetivo es difundir la cultura Chinchorro y darla a conocer primero en Arica y luego al resto del mundo y los niños son la voz para ello”, comentó.

El proyecto comenzó la semana pasada con una etapa teórica, en la que tanto los niños como sus apoderados adquirieron conocimiento sobre los Chinchorro. Para esto, junto a los pequeños visitaron el Museo Arqueológico de San Miguel de Azapa, donde aprendieron desde los tipos de momificación hasta los artefactos utilizados por los antiguos habitantes de la región.

El conocimiento adquirido durante su primera semana fue aplicado durante esta semana, en la que cada nivel realizó actividades relacionadas a la forma de vida de la Cultura Chinchorro. “Los niños más pequeños moldearon momias, vasijas, aprendieron a hacer faldellines y a replicar , mientras los mayores, que ya están incursionando en la escritura, confeccionaron las etiquetas y murales que se utilizarán en la exhibición”, agregó María Salomé. Dicha actividad se realizó el viernes 7 de octubre a las 12 horas en el paseo peatonal 21 de Mayo, en la que un grupo de estudiantes mostraron los trabajos preparados por los pequeños y demostraron los conocimientos adquiridos.

Luis Salgado, de seis años, es uno de los alumnos de kínder que participó activamente durante el proyecto. “Nos llevaron al museo y vimos las momias. Las tías nos contaron que vivían en grupos pequeños y trabajaban cazando peces y cuidando a los niños. Cuando alguien se moría, los demás se despedían y lo momificaban para que los acompañara siempre”, explicó.

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