Estimadas Amigas:
Hoy se celebra en Chile y en el mundo el Día Internacional de la Mujer, fecha emblemática que nació como una manera de llamar la atención sobre las desigualdades y numerosas dificultades que han tenido las mujeres a lo largo de la historia para integrarse al mundo público y laboral.
Por motivos propios de mi cargo, me encuentro en la ciudad de Santiago, cumpliendo con una intensa agenda de reuniones en el ministerio de Educación, sin embargo, no puedo dejar pasar este momento tan importante para compartir algunas reflexiones.
La conmemoración de esta fecha nos permite dedicar unos momentos para reflexionar acerca de los avances y cambios culturales que ha experimentado el rol de la mujer durante los últimos siglos.
En estas últimas décadas las mujeres han logrado adelantos tangibles en muchos frentes. En nuestro país los avances han sido importantes permitiéndoles el acceso al mundo productivo con la incorporación de la mujer al trabajo y acceso progresivo a puestos de alta responsabilidad política. Pero aún quedan muchas mujeres discriminadas en todo el mundo, privadas de los derechos más fundamentales, agredidas o maltratadas, sometidas incluso por sus propias familias, lo que nos debe recordar que este día está todavía lleno de su contenido original y conlleva, aún, muchos desafíos y tareas por cumplir.
La mujer en el nuevo siglo se ha convertido en una parte vital de la sociedad, tanto por su fuerza de trabajo, como por la función formativa que desarrolla, a través de la familia.
En nuestra Universidad, son 572 las mujeres quienes día a día enfrentan numerosos desafíos, en las distintas unidades que conforman esta Institución, destacando el esfuerzo de todas las funcionarias que en forma paralela a su trabajo siguen siendo madres, esposas, dueñas de casas, estudiantes, entre otras nobles tareas que ellas saben cumplir a cabalidad.
Al reflexionar sobre los cambios ocurridos, hay algo que se destaca por encima de todo lo demás: hemos aprendido a valorar a la mujer como un importante agente de cambio, aportando una mirada distinta, una mayor flexibilidad, capacidad de diálogo y de trabajo en equipo, así como con una sensibilidad especial, calidez y cercanía.
La mirada femenina permite ver el mundo desde una óptica muy distinta a la de los hombres, no siendo antagónica sino enriquecedora, complementaria e inclusiva, ya que incorpora distintivamente los afectos, la empatía, la intuición y la creatividad. De esta forma, la visión y el trabajo de nuestras funcionarias marcan la diferencia, enriqueciendo las relaciones, aportando con una perspectiva más fresca, activa y dedicada, sin dejar de lado el profesionalismo y el compromiso siempre presente con sus labores y con la UTA.
En este Día Internacional de la Mujer, quisiera saludar a cada una de ustedes y agradecerles por disfrutar a diario de vuestra compañía.
Un afectuoso saludo,
Arturo Flores Franulič
Rector Universidad de Tarapacá
