![]() |
Alumnos trabajando en la precordillera en el pukara de Huaihuarani |
En la precordillera, a seis kilómetros al oeste de Belén, por un largo sendero que nos muestra parte del Camino del Inca, hornos prehispánicos, corrales de animales, vegetación de cactus y plantas nativas, es posible llegar caminando o a caballo a las ruinas de Huaihuarani.
Este fue el lugar en el que cuatro alumnos de la Universidad de Tarapacá decidieron hacer un trabajo de investigación para participar en el concurso para estudiantes de pregrado al que convoca cada año la Dirección General de Investigación.
Este proyecto se inserta además en el Programa Altos Arica, cooperación internacional co-financiada por CONICYT y el Ministerio de Relaciones Exteriores- CNRS de Francia, dirigido por el Dr. Thibault Saintenoy, arqueólogo del CIHDE. En Belén, los estudiantes contaron con el apoyo y colaboración de la comunidad, representados por los señores Eddie Zegarra y Juan Cutipa, presidentes de la Junta de Vecinos y Comunidad Indígena, respectivamente.
Así surgió el proyecto “Aproximación al estudio estratigráfico en asentamientos prehispánicos durante el período intermedio tardío (1000 – 1470 d.C.) en la precordillera de Arica”, liderado por la académica Marcela Sepúlveda de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas, departamento de Antropología. En este interesante tema trabajaron los alumnos Federico González, Manuel Rojas, Katherine Rodríguez y Katherine Vega, de la carrera de Antropología.
Huaiharani es una construcción prehispánica de piedra donde sólo hay que cerrar los ojos y transportarse a otra época, cuando se ocupaban los morteros que hoy aún se mantienen como testigos de un pasado que atrae.
El proyecto consistió en evidenciar la formación de sitios arqueológicos en términos naturales y culturales en este sector, conformado por 600 estructuras arquitectónicas aproximadas, las cuales tuvieron diferentes usos: habitacionales, para el almacenamiento de alimentos en corrales, para animales, actividades específicas y talleres para artesanos.
La investigación se efectuó a través de un estudio estratigráfico, que tiene que ver con la disposición en capas de las rocas existentes. Es así como se pudo evidenciar los procesos que se caracterizan por el aumento y reducción de vestigios arqueológicos, provenientes del interior de estructuras presuntamente habitacionales.
![]() |
![]() |
Estos nuevos antecedentes, inéditos a nivel regional, permiten contextualizar un número significativo de vestigios arqueológicos, principalmente materiales fragmentados, y cuya deposición no necesariamente responde a actividades humanas in situ. El conocer más acerca de estos procesos formadores invita a reevaluar la prehistoria tardía de la región e integrar nuevas metodologías de análisis a las investigaciones arqueológicas.
Este pequeño Machu Picchu de la región, como muchos lo suelen llamar, es un sitio extenso y de gran complejidad, donde se desarrollaron múltiples actividades, las que pueden ser visibles aún, gracias a este estudio de las capas de la tierra, que se pueden leer como las hojas de un libro.