Resulta un desafío fundamental para las universidades estatales, en su rol de contribución a los procesos de desarrollo regional, la construcción de una relación bidireccional con los diferentes grupos de interés del entorno, la cual va más allá de la formación de capital humano avanzado y la creación de conocimiento, pues debe considerar además los requerimientos de formación continua y de actualización de conocimientos necesarios, tanto en la industria como las instituciones de la región, donde se interrelacionan variados actores y recursos que contribuyen en la innovación.
Es crucial por tanto, que se generen en las universidades espacios para que las diferentes interacciones se materialicen y se concreten los procesos de transferencia tecnológica así como el trabajo conjunto de beneficio mutuo, puesto que dicho intercambio se configura como el punto central de las redes que potencian la innovación.
Además, las universidades estatales deben retroalimentar las políticas públicas que se definen a nivel central de gobierno, resaltando la importancia que posee el factor regional al momento de definir los recursos destinados a fomentar la investigación y el desarrollo en el país. Se hace entonces fundamental realizar los cambios necesarios para que el sistema estatal, en lo que se refiere a temas de Ciencia y Tecnología así como en materias de Educación Superior, considere el apoyo al desarrollo de los sistemas regionales de innovación mediante la definición de mecanismos y acciones que posibiliten la colaboración entre las universidades estatales regionales y la industria, para poder mirar la innovación como una oportunidad efectiva de desarrollo en las regiones.
Sebastián Lorca Pizarro
Universidad de Tarapacá