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En el estacionamiento del Campus Velásquez los despidió la directora de la Escuela de Medicina, Dra. Andrea Larrazabal Miranda. |
Para conocer en terreno como opera la medicina ancestral, en este caso aymara, viajaron hasta el Centro de Salud Familiar, Cesfam, de Putre, capital de la provincia de Parinacota, los alumnos que este año ingresaron a primer año de la Carrera de Medicina.
Los 37 estudiantes viajaron a cargo de los académicos, doctores Gabriel Figueroa Benavides y Daniel Moraga Muñoz.
La jefa de carrera, Dra. Vilma Mansilla Guevara, explicó que en el primer año una asignatura del área profesional es la Introducción a la Medicina, donde una de las tareas es incorporar nuestra interculturalidad en cuanto al área médica, a la atención de salud en Arica y Parinacota y parte del norte de Chile.
Precisó que en ese contexto, se realiza desde el año pasado, una visita al Centro de Salud Familiar de Putre, Cesfam, donde está incorporada la atención de salud por la medicina aymara, con la participación de un yatire y dos suyiri (una enfermera y una partera), quienes colaboran en la atención médica de los pacientes.
“En Putre la mayoría de la gente prefiere atenderse primero con ellos, en los box que disponen dentro del consultorio. Y frente a alguna dificultad o que ellos entienden que no ha ido bien, se atienden con el médico tradicional”, agregó.
“De esa manera pretendemos que los alumnos incorporen que tiene que existir un respeto frente a la atención de todas las áreas de salud, no solo la tradicional. Y así como aquí tenemos la medicina aymara, en el sur está la medicina mapuche. La idea es que conozca esto, de ahí este viaje a la capital de la provincia de Parinacota”, sostuvo.
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Tres piedras de aguila usadas en sanación. La campana es para llamar el alma al cuerpo. | Académicos que les acompañaron, médicos Gabriel Figueroa y Daniel Moraga. |
EN EL CESFAM DE PUTRE
Sobre el viaje, que se realizó el viernes 2 de junio, el profesor Dr. Daniel Moraga, dijo que antes de salir, a nivel del mar se midió la saturación de oxígeno y el pulso (frecuencia cardíaca) a cada estudiante. “Salimos a las 08.30 horas aproximadamente y tras una breve parada intermedia llegamos a Putre aproximadamente a las 10.00 horas. Al llegar volvimos a hacer lo mismo, medir la saturación de oxígeno y el pulso y se hizo la comparación, porque al estar en altura la presión parcial de oxígeno cae. Ahí uno tiene lo que se llama hipoxemia, que es una disminución de la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial, lo cual genera lo que se llama el mal agudo de montaña o puna”.
Dijo que de los 37 estudiantes, cinco presentaron mal agudo de montaña, que se manifiesta de diferentes maneras, estado nauseoso, mareo, fatiga, molestias gastrointestinales, dificultad para dormir, etc. “Son parte del mal de altura y son consecuencia de respuesta fisiológica a la hipoxia. Es algo que se estudia mucho, y de hecho la Escuela de Medicina quiere desarrollar un área de la medicina de altura y la fisiología de altura, donde yo voy a colaborar en ese desarrollo”.
La delegación de estudiantes de la UTA fue recibida por la directora (s) del Cesfam, Jacqueline Soto y los médicos residentes que trabajan allí, además del equipo médico aymara: el yatire y dos suyiri (partera y enfermera ayudantes).
En el lugar, junto a las instalaciones que disponen para la atención de los pacientes, el yatire Teófilo Cañaris, y sus ayudantes, las suyiri, Fausta Pairo Mollo y Luisa Gutierrez Gutiérrez, les explicaron su visión cosmológica, su cosmovisión, de cómo ocurre la sanación. “Uno de los aspectos más bonitos que a mí me tocó escuchar es que ellos sienten que la sanación tiene que ver con que el alma y el espíritu se acerca al cuerpo. Porque cuando uno está enfermo el espíritu se aleja del cuerpo y cuando ellos hacen sanación, el espíritu vuelve al cuerpo y se sana. Muy lindo, novedoso, propio de su cosmovisión, de cómo ellos ven las cosas”, dijo el Dr. Moraga.
¿De ahí seguramente viene la frase aquella que dice “Le volvió el alma al cuerpo”?, preguntamos.
-Exactamente, cuando la persona deja de estar súper preocupada y se relaja, le vuelve el alma al cuerpo. Tiene toda la razón. Ahí hay sabiduría.
También les llamó la atención la estrecha relación que tienen con la hoja de coca. “Es mucho más que una yerba normal como lo es para nosotros que la usamos para tomar té, para ellos es parte de su espiritualidad, es parte de su vida y obviamente les ayuda mucho, porque les permite combatir la puna y todas las enfermedades de la hipoxia”, agregó.
Así fue como los estudiantes conocieron las formas de sanación. El yatire les mostró unas piedras, “las piedras de águila”, distintos tipos de yerba, y ellos quedaron muy entusiasmados por cómo él usaba toda la sabiduría ancestral.
Fue una linda experiencia que permite ampliar a los estudiantes el conocimiento y respeto por las medicinas ancestrales que llevan siglos de existencia y son muy asertivas en muchas ocasiones.
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Equipo de salud aymara explicando su cosmovisión | Con la directora (s) del Cesfam, Jacqueline Soto. |
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Viajando a Putre |