InES Género: investigadores proponen un análisis crítico de la perspectiva de género en la academia

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Durante las jornadas se relevó la importancia de ampliar esta mirada hacia las relaciones interpersonales dentro de una organización, y no como un atributo individual sinónimo de identidades o mujeres.

Con la charla magistral “De la Paridad a la Perspectiva: un balance crítico de las derivas del género en la academia chilena”, el proyecto Æquitas InES Género de la Universidad de Tarapacá, dio inicio una serie de actividades formativas dirigidas a académicos y directivos, con el objetivo de disminuir las brechas en investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento de base científica y tecnológica (I+D+i+e).

Por este motivo, se invitó a la experta en Género, Organizaciones y Academia, Dra. Marcela Mandiola, y al doctor en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad, Aleosha Eridani, quienes compartieron sus investigaciones, dando cuenta de algunas claves centrales para comprender la perspectiva de género y como esta nos permite analizar la organización de las universidades y el trabajo académico en Chile.

“La perspectiva de género es una mirada sobre las relaciones interpersonales en una organización, no un atributo de las personas. En el fondo, no hay género porque hay mujeres, sino que, cuando miramos género, miramos el modo en el que se organiza el poder en una institución o en una organización”, señaló Mandiola.

En ese sentido, la experta en género apuntó a la noción de managerialismo masculino, el cual implica que las estructuras y prácticas organizacionales favorecen características y estilos de liderazgo tradicionalmente asociados con la masculinidad, como la competitividad o la autoridad jerárquica, que pueden perpetuar desigualdades al desvalorizar enfoques más colaborativos o empáticos, a menudo asociados a lo femenino.

Según Mandiola, esto sugiere que la forma en que se organiza el trabajo, independiente del género de los individuos involucrados, tiende a favorecer y validar ciertas actividades, mientras que otras son invisibilizadas. “No importa quiénes, si son solo hombres o solo mujeres, el modo en el que organizamos el trabajo tiene una característica que produce aquello que se considera trabajo y aquello que no”. 

Es así como el Dr. Eridani considera que “es importante ir avanzando hacia una comprensión del género que no solo se limite a entenderlo como algo relativo a identidades o meramente sinónimo de mujeres. Con ese avance podemos ir complejizando la perspectiva y dar otros pasos que permitan instalar algo más transversal”.

En esto el rol de proyectos como InES Género es fundamental, ya que dentro de sus objetivos también se encuentra el de realizar constantemente capacitaciones a toda la comunidad universitaria, con particular énfasis en académicas y académicos que realizan actividades de investigación.

“Sabemos que las inequidades son estructurales, por eso también es importante invitar en particular a directivos y autoridades que son quienes finalmente van a guiar, fortalecer o promover políticas universitarias que tendrán como beneficiarios o perjudicados a las personas que realizan investigación”, abordó la Dra. Adriana Aránguiz, académica de la Facultad de Ciencias Agronómicas y directora del proyecto InES UTA.

En esta línea y durante la presentación de la actividad, el vicerrector Académico (s), Hernando Bustos, señaló que “la Universidad reconoce y asume el compromiso con la equidad de género desde hace ya bastante tiempo y esto está presente no tan solo en su sistema de dirección estratégica, donde se establece que el enfoque de género será elevado como derecho humano en la educación superior, sino que se compromete a implementar acciones que favorezcan una educación más equitativa y no sexista”.

“Sin duda la Universidad ha avanzado muchísimo, como con la instalación de una Dirección de Equidad y Género, que está cada vez más consolidada, ha tenido un desarrollo a través de los años y ya es bastante reconocida por la comunidad. Esperamos que este proyecto siga esa misma senda, que logre consolidarse dentro de la institución, y que cada vez más las propias investigadoras e investigadores participen de manera activa en la ejecución del proyecto. Que lo sientan como propio es muy importante, sin la participación de los y las investigadoras, este proyecto en particular no tendría ningún sentido”, finalizó Aránguiz.

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